Estos tipos todos peludos y vestidos de cuero negro, como los rockeros de antes, son Mono, unos nipones que tocan música sinfónica, romántica, épica y llena de distorsión que descubrí hace poco gracias a una amiga y al Spotify. Como se imaginarán con sólo leer la descripción, me enamoré, flipé en colores, y voy a ir a verlos mañana a la sala BeCool (¿quién le pone el nombre a estos lugares?). Cómo sé que el sonido de la sala es potente, y que estos tienen cara de tocar con los amplis a saco, intentaré llevar tapones para los oídos.
Voy a ir con mi banda; que, por cierto, se llama Victoria. Vicky, para los amigos.
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