octubre 11, 2011

Bareback


casi te deguello de un mordisco, qué bárbaro!
no sin antes encajarte las mandíbulas
bien abiertas entre las piernas
para comerte a gusto y repetidamente


perdidos, el sueño como un laberinto

entre galerías escuchaba el eco de tus jadeos
tus conversaciones con fantasmas
tu promesa de renunciar
a cualquier resistencia contra mi apetito
(pero no fuiste precisamente
carne inerte entre mis muelas)

espoleaba tu galope
y sólo quise montarte a pelo
reacio a la montura
pero no al azote!

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