octubre 20, 2011

Mi cuarto










"No me importó. No me importaba lo que me llamase, ni lo que nadie pudiera llamarme. Porque aquella era la habitación en la que yo vivía. No tenía otra cosa que pudiera llamarse hogar. Allí estaba todo lo que era mío, todo lo que tenía alguna relación conmigo [...]. No era mucho; unos cuantos libros, fotografías, radio, piezas de ajedrez, cartas viejas, cosas así. Nada. Pero tales cosas contenían todos mis recuerdos."

-Raymond Chandler, El sueño eterno

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y las maripositas amarillas?

Nicolás dijo...

Algunas se posaron sobre el póster grande de la foto 5; otras volaron, ya vendrán unas nuevas...

Anónimo dijo...

el mágico encanto de la fotografía... capaz de transformar la cosa más cotidiana en el más apreciado de los recuerdos, y además de todo hacerlo hermoso!

Nicolás dijo...

Sí, son cosas que igual uno no vería, a pesar de tenerlas en las narices, si no fuera por la foto...

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