noviembre 11, 2011

Double-blind

Double-blind es un término científico; quiere decir que se oculta cierta información a la hora de hacer un experimento sobre humanos, tanto a los sujetos como a los científicos mismos, para minimizar la subjetividad de los resultados. También es una película de Sophie Calle, hecha en 1992 enteramente en video y rodada en Estados Unidos. Es una especie de road movie / comedia romántica delirante, no porque tenga un guión retorcido o unos recursos visuales particularmente atrevidos... Se trata de dos artistas (Calle y Gregory Shepard, ambos "como ellos mismos") que deciden llevar a cabo un experimento: sin apenas conocerse, emprenderán juntos un viaje en coche de Nueva York a California. El plan es que cada uno elabore un diario en video y fotografías, para luego reunir todo el material y hacer una película.



El resultado de esta premisa es una película que pone el dedo sobre muchas llagas y, básicamente, ilustra con gran elocuencia esa circunstancia nuestra de estar convencidos de que el amor es un residuo cultural absurdo y anacrónico pero, al mismo tiempo, vivir atrapados allí, dispuestos a subir al altar a la menor provocación, como adolescentes ignorantes o solteros entrados en años. Cuando la vi, hace un par de años, sentí como si me hubieran puesto un espejo enfrente; mi gesto recurrente era sacudir la cabeza, quizás incluso con las manos sobre la boca, a la vez que, ¡ay!, reírme a carcajadas.

Sobra decir que es una de mis películas favoritas de todos los tiempos. Está bastante emparentada con otras obras de Calle, como la serie de fotos Los durmientes, en la que durante varios días hubo una cama en su casa siempre ocupada por diferentes personas –según un estricto cronograma–, a las que ella fotografió extensivamente. Son fotos de una intimidad inusitada; una intimidad sólo posible si la artista misma se involucra en una experiencia diseñada para el contacto y el registro de ese contacto: abre las puertas de su casa a varios desconocidos, para charlar y tomar un té antes o después del sueño, en esos momentos en que nadie quiere que le vean la cara.


(Y ya puestos a hacer recomendaciones: hace poquito saqué de la biblioteca otra peli hecha en video –y no de terror– de los '90: La hermanita. Mucho mejor de lo que parece en el trailer.)


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