Seguro fue de tanto ir a Chandal, o por el influjo de una impresionante exposición retrospectiva en el Caixa Forum sobre Lartigue; el caso es que me dio por comprarme una película chévere -la Vivid Arrow de Argenti, que me recomendaron porque produce colores muy particulares- y desempolvar mi vieja cámara analógica, una Minolta producida entre el '77 y el '80.
Estrené mi nueva afición en el País Vasco, durante un viaje impresionante que hicimos con la Velvet. Nos quedamos en Hondarribia, un pueblo pijísimo pero muy bonito, y dormimos en un albergue paradisíaco en la montaña: el Capitán Tximista. Está construido en un antiguo molino del S. XVI, y le pasa un río por debajo! Recomendadísimo, es súper cómodo y tranquilo, y la gente muy amable.
Aunque nos gustaron mucho San Sebastián y Bilbao, hay muy pocas fotos urbanas (sólo las de la feria y el muelle). De resto, le tomé muchas a la Velvet, porque es muy guapa, y porque me interesan las personas más que las cosas y los paisajes, creo.
En fin, ya volveré a colgar más fotos cuando tome el siguiente rollo. (El resto de las fotos están aquí.)
1 comentarios:
Divinas las fotos, sobretodo la última, demasiado entrañable...cuál es la leyenda?
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